La defección

defección.
(Del lat. defectĭo, -ōnis).
1. f. Acción de separarse con deslealtad de la causa o parcialidad a que se pertenecía.

Y así empezó mi imparidad… principios de año (muy principios), habíamos pasado la nochevieja en casa de mis padres en Salamanca, iba todo bien, ella, como de costumbre, congeniaba con mi madre (de hecho estuvieron juntas peleándose con un puzzle de mil piezas, ganó el puzzle). Volvimos el día 3, había ciertos apurillos por terminar de comprar los Reyes y demás, pero nada hacía presagiar la tormenta que acechaba en las sombras.

Sus padres pasaban una crisis, ella tenía miedo de que acabase en separación, yo trataba de apoyarla y de tranquilizarla, pero no quería hablar del tema, decía que la entristecía. La alteraba y la asustaba y que luego no conseguía dormir (iluso de mi…) así pues como había una crisis en casa de la familia política no fui invitado a la celebración de Reyes en casa del “enemigo”.

Yo le había comprado dos regalos, así que decidí darle uno, envuelto para que lo pudiese abrir el día de Reyes, dado que le hacen mucha ilusión esos detalles en esos momentos. Hablamos la noche de Reyes, todo iba bien, me llamó por la mañana temprano encantada con su regalo… todo iba bien, yo no tenía regalo de Reyes, no había habido tiempo para comprar el mío (pero si el de sus padres, tíos, primos, sobrinos, amigas, primas…)

La llamé por la tarde y no fui capaz de hablar con ella, estará ocupada, pensé… por la noche ni flowers, me colgaba, yo sabía que a esas horas era porque no quería hablar… un mensje en mi móvil me lo confirmaba, de forma tan sucinta como contundente: NO era todo lo que decía

Al día siguiente una amiga suya me dio la puñalada: SE ACABÓ JB, NO QUIERE VOLVER A SABER DE TI. Tras mil tentativas lo único que conseguí, muy de noche ya fue que me dijera que no era feliz, que no quería seguir, que no quería pelear por la relación (en conversaciones ulteriores surgieron más detalles como que sabía que yo no estaría dispuesto a plegarme a sus exigencias respecto a educar a los niños como ella y su familia consideraban que se debía hacer, por poner solo un ejemplo)

Se me conminaba a abandonar el piso común en 15 días (y eso que el piso era mío, lo había comprado y pagado yo antes de… pero de esto hablaré en otra entrada). Como uno es tonto y estaba enamorado hasta las patas, pues cogió el coche y trattó de ir a casa de sus padres a verla (no se si recordáis esas fechas, pero en el norte de España parecía que se iba a acabar el mundo de las nevadas que cayeron) el resultado de la tentativa fue un eje roto y un paseo en grúa.

Y esa es la forma en la que acabó todo, después de años de convivencia de una relación con momentos increíbles (y con broncas of course), así acabo todo, la mujer con la que me iba a casar el 19 de junio de 2010 me dejó con un SMS el 7 de enero de 2010, destrozado, a dos días de empezar la quimio, con las invitaciones de boda enviadas, con el marrón de tener que avisar yo a todo el mundo, palmando yo la reserva de restaurante y discoteca.

Me dejó, tuvo una temporada golfa, afirma que lo pasó mal… y ahora habla de boda y de hijos con un Guardia Civil que me acosa, se quedó cosas con un elevado valor sentimental para mi, me pidió ayuda para colocar a su prima en la empresa de un amigo íntimo mío (y eso que su prima siempre me odió y siempre trató de separarnos), la ayudé con la mudanza, ella y su madre contrataron un detective privado para que me siguiera (aunque en esto fueron muy torpes y lo sabía desde el principio), me encargo que le trajera cosas de NY… y ni siquiera tuvo a bien preguntarme nunca que tal iba mi tratamiento…

Si eso no es una defección…