viernes, 23 de julio de 2010

Casa Yoli

Acabábamos de cerrar el mes, los ya incorporados, porque además había otros dos invitados (aunque al final uno se rajó) que ese mismo día habían terminado su curso de formación y, desde ya, eran parte integrante del equipo y, como tales, con el pleno derecho (y la inexcusable obligación) de acudir a verbenas, saraos y otras ferias comunales.

Tras la baja reseñada éramos finalmente 6 los comensales, ese mes habíamos optado, a pesar del tiempo por un merendero típico asturiano a las afueras de Gijón (de hecho hace años tenía una estrella Michelín únicamente por su tortilla de patata… había que encargarla con dos días de antelación). Como era de esperar el tiempo no acompañó ni por asomo, viento, el diluvio universal, frío… vamos el típico día para quedarte en casita, abrazado al radiador del salón y mirar por la ventana como padecen los “pringaíllos” que están por la calle.

Como las velas que alumbraban no eran muy esperanzadoras decidimos comer dentro (el merendero tiene también una parte cubierta con calefacción pero ni ahí quisimos quedarnos) que nos encendieran la chimenea y calentarnos gracias al fuego y los caldos de la tierra, apoyados por una comida digamos que “contundente” que pusiera a prueba nuestras paredes arteriales.

Como digo éramos 6, cada uno con sus peculiaridades y por supuesto motes y eso es lo que vamos a comentar, para que veáis con quién voy yo a la mar, como se suele decir.

1.- El Mando, alias “El Juli”: Su mote no está muy trabajado (se llama Julián) y estamos convencidos de que se lo puso a sí mismo para evitar que nos ensañásemos con él. Tipo tremendamente educado, de trato fácil, encantador… pero se repite una barbaridad, todos diciéndole que ya ha quedado claro que nos lo ha dicho 25 veces y él sigue insistiendo porque así se queda más tranquilo, te llama t-o-d-o-s los puñeteros días, aunque sólo sea para desearte buenos días (incluso antes de la hora de entrada a trabajar…que a alguno ya nos ha pillado en la ducha), si tienes una gestión fuera de hora te pide que al terminarla, sea la hora que sea le llames para poder dormir tranquilo… Señor dame paciencia, porque como me des fuerza… ¡¡lo mato!!

2.- El Veterano, alias “Batman”: Un comentario desafortunado sobre un braguero, sentarse al lado de alguien que se llame Rubén… y ser un auténtico superhéroe, siempre preparado para todo, con todo organizado, ordenado, listo, disponible y presto… y pasas a ser conocido por Batman
El único (junto con El Juli) casado de todo el equipo, un tío con presencia, empaque, elegancia innata, paciente, calmado, reposado, reflexivo, trabajador y metódico, el contrapunto perfecto y necesario para un equipo en el que hay dos que se la cogen con papel de fumar y uno más al que le cuesta arrancar un mundo

3.- El Novato, alias “Robin”: Si te llamas Rubén, te sientas al lado de Batman, es con quien más hablas, con quien compartes visitas y proyectos laborales y al que tratas de imitar en tu desempeño tu mote no podía ser otro… no está documentada ninguna relación “a contra natura” entre ellos.
El más novel del equipo, un poco perezoso, le cuesta arrancar, impuntual por definición, sus ya famosas llegaré a las nueve y media “cómodas” (¡¡cabrón!!, di las diez que es la traducción real de esa expresión). A cambio es una máquina jugando al billar a tres bandas, bastante golfo, compañero más que adecuado para una noche de fiesta

4.- El Cabreado, alias “Killer”: Uno de los dos que se la cogen con papel de fumar, capaz de encabronarse por cualquier cosa en menos de un milisegundo, un stajanovista del trabajo, peleón como él sólo, e impaciente en cuestiones laborales, para cerrar una operación no hace falta ni dar los buenos días, aquí estamos a lo que estamos.
Practicante de UFC, K1, jiu-jitsu brasileño, fuertote (aunque más bien bajito), pero un colega en el más amplio sentido de la palabra, sentado justo a mi lado en la oficina hablábamos por el Messenger (y la primera palabra era enviarnos una oveja y decir, en voz alta, “Tienes mierdas ahí”) le falta tiempo para tomarse algo contigo, preguntar qué te pasa o en qué te puede ayudar

5.- Zruspa, alias “Patton”: El más experto en el sector, imparte formación y cuenta experiencias pasadas para ilustrar cómo hacer las cosas… eso, la forma un tanto beligerante y castrense de exponer determinadas cuestiones y un mail desafortunado le/me granjearon ese mote.
Sobre la personalidad no comment, ya hay otros posts para ello… y si queréis más, pues le decís al “Hola” que venga con un cheque conformado lo bastante jugoso, que si no yo no hablo de mi vida privada :P

6.- El Virgen, alias “Obi Juan”: De las dos personas que acababan de concluir su curso de formación previa este es el que sí acudió a la comida. Su mote fue asunto de gran debate, porque veíamos que se nos iba a ir de las manos, que íbamos a ser excesivamente crueles. Expongo: primera experiencia laboral real, muy jovenzuelo, convicciones morales y religiosas todas (no existe el sexo prematrimonial), nos echa la bronca si blasfemamos, residente en un club del Opus… lo tenía todo y empezamos a barajar llamarle “Seminarista”, “Padre Carras”, “Flanders”… pero nos vino la iluminación, un guía espiritual, que no sea cruel... ¡¡y encima se llama Juan!! Y hasta le gustó su mote.
Es un chaval magnífico, un pedazo de pan, siempre dispuesto a echar una mano en lo que sea, muy noble, sin ninguna maldad (y no como el Killer, o yo mismo, que tampoco tenemos, pero porque a nada que juntamos un poco la gastamos), sin dobleces.

Ese fue el rol de asistentes, una vez sentados en la mesa (al final no nos encendieron la chimenea) Juli tomó la palabra y prohibió hablar de trabajo (hecho este que se cumplió en la medida de lo posible, al final en estas comidas siempre acaba saliendo el trabajo) y tuvimos una amena comida, agradable, divertida y sabrosa.
La sobremesa (cafés y chupitos varios) se extendió hasta eso de las 17.00 momento en el cual la sección muermo (integrada por Juli, Batman y Obi Juan) decidieron que había que retirarse… un viernes, sin nada que hacer de tarde, en fin… salieron camino del coche, que estaba en el aparcamiento del merendero (andando unos 18 metros, 19 a lo sumo), no habían todavía arrancado el motor cuando el “comando golfo” ya había empezado a beber copas con hielos (en concreto White Label-Cola para Robin, White Label-Naranja para el Killer y Cutty Shark-Cola para mi) y ya habíamos metido la monedita en el futbolín que había en la parte descubierta del merendero

La cosa no acabó ahí, pero el cuándo, el cómo y el dónde junto con los pormenores de esa laaarga noche de fiesta son otra historia para otro momento.
Un brazo: Zruspa

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