Bien, como la entrada de anoche quedó un poco “de aquella manera”, que sí que me sirve para, como digo en la presentación, exorcizar mis demonios interiores, pero también para fustigarme, hacerme mala sangre y autodemostrarme que como "Director de RR.HH. Sentimentales" no tengo futuro… pues he decidido relajar un poco el tono, hablar de algo un poquito más “light”, y aquí viene un post sobre Relaciones 2.0, sobre lo que puede pasar por esas páginas de Dios, tipo meetic, badoo etc etc
Hete aquí que aparezco yo por una de estas páginas, sin buscar nada en concreto (bueno, esto es un poco relativo, considero que uno siempre busca algo, aunque en este caso no se trataba de una búsqueda activa, sino más bien de tener el “sónar pasivo” como los submarinos), sin buscar nada en concreto, decía, pero abierto a “sugerencias” (ya sabéis, la razón busca, el corazón encuentra) cuando me cruzo con una chica, aparentemente encantadora, dulce, simpática, con un puntito de timidez y de inseguridad.
Nely, que así se llamaba, y supongo que sigue llamando, la chica estaba, al igual que yo he estado en muchas ocasiones, “expatriada”, es valenciana y extrañaba mucho su tierra, su gente, las costumbres propias de Valencia… y uno que es un caballero y esas cosas le remueven algo dentro (es lo que tiene haberse visto en antes en esa situación, ciudad nueva, país nuevo, comidas, y costumbres que te son ajenas, sin más conocidos que los compañeros de trabajo…) empezó a sentir, de momento, cierta empatía con esta chica.
El correo electrónico diario pasó a ser cinco o diecisiete, la llamada ocasional se tornó habitual… y acabamos, como no podía ser de otra manera, quedando. La cita era en un café de Gijón, decorado al estilo café Gijón del Madrid de los 20 y que, en un alarde de imaginación, se llama “Café Gijón”. Pues nada, nos vestimos para la ocasión (uno es más bien cuidadoso en estos aspectos), recién repasado el modelo de afeitado de la semana (tocaba perilla modelo Errol Flynn), adecuadamente perfumado por Armani, zapatitos, una camisa de hilo, color marfil de gala, vaqueros y americana.
Llego con 15 minutos de antelación (esto es habitual en mí) y escojo una mesa apropiada en el local. La cita era a las 19.00 hora zulú, a las 19.10 enciendo un cigarrillo con el firme propósito de si no se nada de ella al acabarlo largarme (me parece una falta de respeto llegar tarde y ni tan siquiera avisar)… medio paquete y 50 minutos más tarde aparece ella… ¿la disculpa?: “No sabía que ponerme” (WTF!!!)
La conversación es bastante agradable, su punto de timidez e inseguridad desaparece a medida que coge confianza (quizá demasiada diría yo, no me parece que la primera cita sea el momento más apropiado para hablar de ciertas cosas o para criticar abiertamente ciertas elecciones de tu interlocutor), como decía, salvo esas cosas resulta agradable y refrescante, cierta necesidad de ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el funeral comienza a vislumbrarse…
Vamos a cenar, la llevo a un restaurante muy de mi gusto, cocina tradicional, aspecto de ser la típica casa de la abuela del pueblo, con una carta inexistente (te la canta el dueño/camarero)… “sabemos hacer cuatro cosas, pero las hacemos las cuatro de puta madre, así que no vamos a arriesgar” sería una definición espléndida del lugar. En ese momento yo comía allí cuatro veces por semana, así que confianza toda, con lo cual nos colocan en un comedor diminuto de la planta superior en el que ni hay (ni habrá en toda la noche) nadie más.
Pretende decirme qué debo cenar, a lo cual, evidentemente, me rebelo y ceno lo que a mí me apetece, ella pide “pixín” (rape si no sois de Asturias) y se queda ojiplática cuando el dueño/camarero (¡¡qué crack Gena!!) le pregunta:
Nely: Yo quiero pixín
Gena: Muy bien… ¿y cómo lo quieres?
Nely: ¿Cómo lo preparáis?
Gena (mirándola like the cows to the train): Como quieras, yo tengo el pez en la cocina y te lo preparo como tú quieras
Bueno, una vez pedida la cena (que aquí viene a su ritmo, no se le puede meter prisa a Genarín) empieza a someterme al tercer grado, me sorprende tamaño interés, que estudié, dónde, que notas saqué, dónde trabajo/trabajé, mis Masters y posgrados, cómo es mi piso, qué familia tengo, a qué edad perdí a mis abuelos, a qué se dedican mis padres, hermano, primos… (sorprendente, no es que sea ningún secreto de estado ni nada por el estilo pero no dejaba de extrañarme tanta curiosidad), después el interrogatorio derivó hacia temas más “personales” sobre mis parejas, mis experiencias, cuando y como perdí la virginidad, mi tiempo de “barbecho”, sobre qué me gusta hacer y que me hagan, sobre vicios etc… no es que yo sea (ni muchísimo menos) una hermanita de la caridad pero empezaba a sentirme un poco incómodo
Bueno, mal que bien llegamos al final de la cena, pago (en Gena’s House no consiento el pagar a escote) y nos vamos, ya en el coche, la llevo hasta su casa y nos quedamos un rato sentados hablando un poco más mientras suena la música, aquí se jugó la mano al directamente apagar el equipo porque “La Saeta” de Serrat le parecía inadecuada. Nos despedimos con dos besos bastante castos y según se baja, da la vuelta al coche y me dice “llámame mañana a las 5 para ir al cine, cenar y luego salimos de copas” (me encanta que piensen y decidan por mi sin tan siquiera pedirme opinión) a lo que respondo que veré que puedo hacer, que tengo que mirar si puedo y añade: “cuando llegues a casa tendrás un mail, échale un ojo y respóndeme antes de acostarte” (¡¡Señor, sí señor!!, a sus órdenes mi Sargento!!) y me guiña un ojo con cierta travesura
Bueno, pues arranco, vuelvo a poner la música (y no se si por rebeldía, reafirmación o porqué kohonne) pero pongo el autorepeat del CD y durante TODO el camino a mi casa voy escuchando “La Saeta” mientras le doy vueltas a la situación y pienso si responder o no el mail y qué decirle en el sms que le mandaré, cuando llegue a casa, sobre la cita que hemos tenido
Llego, asalto la nevera (no porque hubiera cenado mal, sino por costumbre y tradición) y me siento delante del PC, vamos a ver qué me ha mandado, juro por el ¡Hey! De Julio Iglesias, Las Bragas de Mafalda y sino que se caiga el techo de Pachá que el mensaje era así:
1. Mándame tu CV, he constatado a lo largo de nuestra cita que es bastante extenso y que has hecho muchas cosas a lo largo de tu vida, pero me gustaría tenerlo por escrito para decirte qué hacer (¡!)
2. Me ha parecido muy mal que no me mirases el escote ni una vez en toda la noche (…)
3. Llegue tarde porque no sabía que ponerme, pero el vestido y las sandalias los tenía decididos desde ayer, dudaba entre estos tres modelitos (y adjunta tres fotos con tres conjuntos diferentes de ropa interior) y ni siquiera has intentado ver cuál elegí (o_O)
4. Acuérdate que mañana vamos al cine, a cenar y de copas… y según te portes ya veremos que más te dejo o no hacer
5. La semana que viene pídete el viernes, nos vamos de finde a Valencia a conocer a mis padres y a mis amigos
6. Aféitate la perilla, no me gusta que lleves barba
Os podéis imaginar mi reacción, a leer/ver todo eso… cojonudo, soy un monigote al que quieren manejar y por el que quieren decidir, es más, me piden mi CV para decidir por mi sobre qué hacer con mi vida!!! Y ya lo de ir a Valencia, conocer a los padres etc…
Como supondréis la cosa llegó hasta donde llegó, porque uno lleva muy mal que piensen por él, que le manipulen etc, así que Nely se quedó en nota a pie de página en el libro de mi vida.
Hete aquí que aparezco yo por una de estas páginas, sin buscar nada en concreto (bueno, esto es un poco relativo, considero que uno siempre busca algo, aunque en este caso no se trataba de una búsqueda activa, sino más bien de tener el “sónar pasivo” como los submarinos), sin buscar nada en concreto, decía, pero abierto a “sugerencias” (ya sabéis, la razón busca, el corazón encuentra) cuando me cruzo con una chica, aparentemente encantadora, dulce, simpática, con un puntito de timidez y de inseguridad.
Nely, que así se llamaba, y supongo que sigue llamando, la chica estaba, al igual que yo he estado en muchas ocasiones, “expatriada”, es valenciana y extrañaba mucho su tierra, su gente, las costumbres propias de Valencia… y uno que es un caballero y esas cosas le remueven algo dentro (es lo que tiene haberse visto en antes en esa situación, ciudad nueva, país nuevo, comidas, y costumbres que te son ajenas, sin más conocidos que los compañeros de trabajo…) empezó a sentir, de momento, cierta empatía con esta chica.
El correo electrónico diario pasó a ser cinco o diecisiete, la llamada ocasional se tornó habitual… y acabamos, como no podía ser de otra manera, quedando. La cita era en un café de Gijón, decorado al estilo café Gijón del Madrid de los 20 y que, en un alarde de imaginación, se llama “Café Gijón”. Pues nada, nos vestimos para la ocasión (uno es más bien cuidadoso en estos aspectos), recién repasado el modelo de afeitado de la semana (tocaba perilla modelo Errol Flynn), adecuadamente perfumado por Armani, zapatitos, una camisa de hilo, color marfil de gala, vaqueros y americana.
Llego con 15 minutos de antelación (esto es habitual en mí) y escojo una mesa apropiada en el local. La cita era a las 19.00 hora zulú, a las 19.10 enciendo un cigarrillo con el firme propósito de si no se nada de ella al acabarlo largarme (me parece una falta de respeto llegar tarde y ni tan siquiera avisar)… medio paquete y 50 minutos más tarde aparece ella… ¿la disculpa?: “No sabía que ponerme” (WTF!!!)
La conversación es bastante agradable, su punto de timidez e inseguridad desaparece a medida que coge confianza (quizá demasiada diría yo, no me parece que la primera cita sea el momento más apropiado para hablar de ciertas cosas o para criticar abiertamente ciertas elecciones de tu interlocutor), como decía, salvo esas cosas resulta agradable y refrescante, cierta necesidad de ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el funeral comienza a vislumbrarse…
Vamos a cenar, la llevo a un restaurante muy de mi gusto, cocina tradicional, aspecto de ser la típica casa de la abuela del pueblo, con una carta inexistente (te la canta el dueño/camarero)… “sabemos hacer cuatro cosas, pero las hacemos las cuatro de puta madre, así que no vamos a arriesgar” sería una definición espléndida del lugar. En ese momento yo comía allí cuatro veces por semana, así que confianza toda, con lo cual nos colocan en un comedor diminuto de la planta superior en el que ni hay (ni habrá en toda la noche) nadie más.
Pretende decirme qué debo cenar, a lo cual, evidentemente, me rebelo y ceno lo que a mí me apetece, ella pide “pixín” (rape si no sois de Asturias) y se queda ojiplática cuando el dueño/camarero (¡¡qué crack Gena!!) le pregunta:
Nely: Yo quiero pixín
Gena: Muy bien… ¿y cómo lo quieres?
Nely: ¿Cómo lo preparáis?
Gena (mirándola like the cows to the train): Como quieras, yo tengo el pez en la cocina y te lo preparo como tú quieras
Bueno, una vez pedida la cena (que aquí viene a su ritmo, no se le puede meter prisa a Genarín) empieza a someterme al tercer grado, me sorprende tamaño interés, que estudié, dónde, que notas saqué, dónde trabajo/trabajé, mis Masters y posgrados, cómo es mi piso, qué familia tengo, a qué edad perdí a mis abuelos, a qué se dedican mis padres, hermano, primos… (sorprendente, no es que sea ningún secreto de estado ni nada por el estilo pero no dejaba de extrañarme tanta curiosidad), después el interrogatorio derivó hacia temas más “personales” sobre mis parejas, mis experiencias, cuando y como perdí la virginidad, mi tiempo de “barbecho”, sobre qué me gusta hacer y que me hagan, sobre vicios etc… no es que yo sea (ni muchísimo menos) una hermanita de la caridad pero empezaba a sentirme un poco incómodo
Bueno, mal que bien llegamos al final de la cena, pago (en Gena’s House no consiento el pagar a escote) y nos vamos, ya en el coche, la llevo hasta su casa y nos quedamos un rato sentados hablando un poco más mientras suena la música, aquí se jugó la mano al directamente apagar el equipo porque “La Saeta” de Serrat le parecía inadecuada. Nos despedimos con dos besos bastante castos y según se baja, da la vuelta al coche y me dice “llámame mañana a las 5 para ir al cine, cenar y luego salimos de copas” (me encanta que piensen y decidan por mi sin tan siquiera pedirme opinión) a lo que respondo que veré que puedo hacer, que tengo que mirar si puedo y añade: “cuando llegues a casa tendrás un mail, échale un ojo y respóndeme antes de acostarte” (¡¡Señor, sí señor!!, a sus órdenes mi Sargento!!) y me guiña un ojo con cierta travesura
Bueno, pues arranco, vuelvo a poner la música (y no se si por rebeldía, reafirmación o porqué kohonne) pero pongo el autorepeat del CD y durante TODO el camino a mi casa voy escuchando “La Saeta” mientras le doy vueltas a la situación y pienso si responder o no el mail y qué decirle en el sms que le mandaré, cuando llegue a casa, sobre la cita que hemos tenido
Llego, asalto la nevera (no porque hubiera cenado mal, sino por costumbre y tradición) y me siento delante del PC, vamos a ver qué me ha mandado, juro por el ¡Hey! De Julio Iglesias, Las Bragas de Mafalda y sino que se caiga el techo de Pachá que el mensaje era así:
1. Mándame tu CV, he constatado a lo largo de nuestra cita que es bastante extenso y que has hecho muchas cosas a lo largo de tu vida, pero me gustaría tenerlo por escrito para decirte qué hacer (¡!)
2. Me ha parecido muy mal que no me mirases el escote ni una vez en toda la noche (…)
3. Llegue tarde porque no sabía que ponerme, pero el vestido y las sandalias los tenía decididos desde ayer, dudaba entre estos tres modelitos (y adjunta tres fotos con tres conjuntos diferentes de ropa interior) y ni siquiera has intentado ver cuál elegí (o_O)
4. Acuérdate que mañana vamos al cine, a cenar y de copas… y según te portes ya veremos que más te dejo o no hacer
5. La semana que viene pídete el viernes, nos vamos de finde a Valencia a conocer a mis padres y a mis amigos
6. Aféitate la perilla, no me gusta que lleves barba
Os podéis imaginar mi reacción, a leer/ver todo eso… cojonudo, soy un monigote al que quieren manejar y por el que quieren decidir, es más, me piden mi CV para decidir por mi sobre qué hacer con mi vida!!! Y ya lo de ir a Valencia, conocer a los padres etc…
Como supondréis la cosa llegó hasta donde llegó, porque uno lleva muy mal que piensen por él, que le manipulen etc, así que Nely se quedó en nota a pie de página en el libro de mi vida.
hola!
ResponderEliminarde citas a ciegas por chats y de más tengo yo unas cuantas, a todos les funciona menos a mi, pero lo del mail... me ha encantado, en serio!
es buenísimo!
un beso, sigue intentándolo!
Hola princsa!!
ResponderEliminarBienvenida a mi rinconcito, eres mi primera lectora!!!
Eso de que a todos les funciona...lee "Nemo me impune lacessit" y dime si eso es funcionar (ELLA apareció hace años por lycos...)
Me quedo muerta con el mail ¿? ¿¿¿????
ResponderEliminarJajajaja con menudo personaje te citaste, anda qué ojo....jajajaja.
Oye y le contestaste algo o simplemente la ignoraste después de aquello? ella insistió???
Hola Aliena!!
ResponderEliminarPues sí, "algo" contesté (uno está muy bien educado y siempre responde!!)
Respecto de mi ojo... como digo en otro post, se ve que como "Director de RR.HH. sentimentales" no tengo demasiado futuro...