Dating Know How

La fama cuesta… y aquí es donde vais a empezar a pagarla, ¡con sudor!

Parece una entradilla apropiada para este post, dedicado a esos detalles que impiden que tras una primera cita venga una segunda, o que hacen que cambien las perspectivas, dedicado a esos pequeños o grandes errores que han hecho que una mujer maravillosa decida no compartir su vida con nosotros.

No es que yo sea precisamente Casanova, pero algo de práctica tengo (y, no voy a negarlo, también tengo mis temporadas de éxito). Y, sobre todo, y esto es algo muy importante soy consciente de lo que tengo a mi favor y lo se emplear (hace años había dos corrientes de opinión, una que postulaba que tenía muchos encantos pero que no los sabía aprovechar y otra que decía que tenía pocos, pero que les sabía sacar mucho partido…).

En resumen, que, desde mi experiencia es desde donde voy a construir esta entrada… y, como se dice en una película titulada (qué apropiado) A Single Man (un hombre soltero): “experiencia no es lo que le pasa a un hombre sino lo que un hombre hace con lo que le pasa”

Consideraciones previas: Pueden parecer obvias, pero son fundamentales, para todo hay segundas oportunidades salvo para causar una buena primera impresión, así pues FUNDAMENTAL nada de calcetines blancos, nada de camisetas del Ché o de Democracia Nacional (mejor dicho, nada de camisetas), nada de zapatillas de deporte, procuremos obviar ese aspecto sacado de la etapa más grunge de Nirvana… ¡ah! Y nada de armas, DE NINGUNA CLASE, ni pistola, ni revólver, ni navaja, puño americano, nunchakus, bazooka, nada de nada.

La hora: Para una primera cita, desde mi punto de vista la hora ideal es en el entorno de las 17.00 hrs, porque si va todo bien se puede alargar sin compromiso una vez ya comprobado cómo van las cosas, en cambio si quedas, por ejemplo, para cenar, como la cosa vaya mal te puedes hasta atragantar y si va bien… son horas que reflejan una imagen golfa, un interés más por lo que se ve de ella que por lo que no se ve…

La puntualidad: Escrupuloso como un reloj suizo, no se admite, de ninguna de las maneras, llegar tarde, si tienes problemas para aparcar llamas o envías un mensaje excusándote y, nada más llegar, y tras los dos besos de rigor, lo primero que haces es excusarte de nuevo. A ella se le consiente llegar 10/15 minutos tarde, ya sé que es injusto, pero las normas de cortesía así lo indican, si se retrasa más y no avisa ya depende de cada uno, esperar sin más, llamar a ver si ocurre algo o largarse… aquí vas a dar tu primera prueba de cuánto te interesa ella…

Vistiendo al Santo: Ya hemos descartado las zapatillas de deporte, las camisetas y los calcetines blancos, pero ¿qué prendas sí son adecuadas?, analiza un poco el entorno en el que hemos quedado y analízate a ti mismo… traje y corbata para un chigre/tasca no es lo más adecuado, vaqueros y polo para la ópera tampoco son muy adecuados, no arriesgues, busca algo que te siente bien pero no demasiado llamativo ni extremado, evita las combinaciones de colores y estampados arriesgadas, no mezcles rayas con cuadros, rojos con verdes etc…

FUNDAMENTAL todo bien limpito y perfecta y adecuadamente planchado, recuerda, te estás jugando la primera impresión y ésta ya puede determinar si habrá o no lugar a una segunda cita.

Por supuesto, y no creo que haga falta ni decirlo, hay que ir pulcro y aseado, si quedas después de comer yo incluiría una ducha adicional a la de por la mañana, recuerda a esos “grandes desconocidos” que son para algunos el desodorante y la pasta de dientes… perfúmate hijo, no te vas a volver gay por ello, no digo que tengas que llegar a los extremos del que subscribe que tiene cuatro colonias diferentes y las utiliza conforme a la situación, pero tampoco caigas hasta los abismos estilísticos del Nenuco…

Elección de local: Si ella lo propone y te es posible, acéptalo, si has de elegir tú, por mucho que te guste un bar de heavies no es lo más apropiado, ni una rave ni nada que se le parezca, opta por un local más o menos tranquilo, en el que no se reúnan quinceañeros a jugar al duro, que la música tenga un volumen adecuado para poder seguir una conversación sin dificultad, si ya es más bien discreto y/o íntimo y permite cierto grado de confianza entre los “contertulios” miel sobre hojuelas.

Comportamiento en el local: Pregúntale que quiere tomar, si es un restaurante, y tú lo conoces y ella no, aconseja, pero no pienses por ella, deja que decida ella sola lo que quiere o no comer. Siéntate correctamente, mantén las formas en la mesa (es preferible pecar por exceso de formalismo que por defecto), si vas a fumar, pregúntale antes de encender un cigarro si le molesta que fumes (y, si es fumadora, por descontado, ofrece). Nada de chicle, ni aunque mastiques con la boca cerrada, da mala imagen. No te quedes mirando la cuenta cuando venga, cógela y hazte cargo… si le parece mal, ya lo dirá y ya veremos entonces lo de “escotarla”, pero, de mano, que te vean dispuesto y desprendido.

Alaba, discretamente y con gusto, su atuendo y, por supuesto, no te quedes mirándole el escote… “los ojos es a lo que a toda mujer le gusta que le miren cuando habla con un hombre… pero que no consigue porque no tiene los ojos en los pechos”, tenlo presente, es claro que a todos o casi todos en algún momento se les/nos va la vista, pero se discreto y no reiterativo, y si te pillan, te disculpas, lo reconoces y haces una broma al respecto

Conversación: Se tú mismo, si de algo no sabes lo reconoces (imagina que ella es médico y tú arquitecto, cuando la conversación derive, que lo hará, hacia el trabajo, no vas a poder opinar sobre el de ella, reconócelo, no pasa nada). Utiliza mucho expresiones como “para mí”, “a mi modo de ver”, “en mi opinión”, “creo”, “pienso”, es decir, no seas sectario, totalitarista, talibán, taxativo ni categórico, pídele su opinión… y escucha lo que tenga que decir, si Dios te ha dado dos orejas y una sola boca es porque escuchar es el doble de importante que hablar.

No hables de tus ex, del pasado, de experiencias etc. se puede hablar, pero a nadie le gusta competir con fantasmas, porque es imposible ganar, date cuenta que nadie es malo en su panegírico, si te preguntan, contesta, con sinceridad pero no te explayes demasiado, no te regodees, ¿a que a ti tampoco te gustaría que pusiera por las nubes a su último ex?... y tampoco despellejes a las mujeres de tu pasado, das imagen de resentido y de rencoroso, de no preparado para seguir adelante.

Urbanidad: No empieces tu consumición hasta que a ella le hayan servido, levántate si tiene que ir al baño, retírale la silla, ábrele las puertas (incluso la del coche), si tiene frío y llevas chaqueta déjasela, acompáñala hasta casa a la hora de despediros y espera hasta que entre en el portal, mientras estés con ella transmítele que en ese rato ella es lo más importante, no mires el reloj, no compruebes compulsivamente el móvil, si te llaman, rechaza las llamadas que no sean urgentes… y cuando ya no estéis juntos mándale un mensaje, o llámala para agradecerle un “rato maravilloso que estás deseando repetir” pero no parezcas ni ansioso ni desesperado

Habría muchos más detalles que comentar, pero creo que estos son básicos y, dado que ya me he extendido mucho, dejaré el resto para un futuro segundo capítulo que me comprometo a escribir en un plazo lo más corto posible… me encantaría leer las opiniones de las mujeres sobre este post en concreto, no siendo que yo también la esté cagando…