No se llorar, así cortita y al pie, para qué nos vamos a andar por las ramas, tengo 36 (camino ya de los 37) años y no se llorar... y lo más jodido es que quiero, dicen que "limpia" y desahoga pero no puedo, no me sale, y la angustia me embarga, me lleva y me trae, me clava en las más profundas simas de la desesperación y me deja inmóvil, atenazado...
Tampoco se reir...hasta hace unos días sabía, de hecho tenía "ad nauseam" una sonrisa de gilipollas pinchada en la cara, pero ella se fue... y en el reparto del divorcio de un matrimonio no-nato se llevó las sonrisas...y mi corazón,
Pero no quiero reir, no sin ti...
Y ahora, anclado en un fanal de quietismo estático, encerrado en una soledad desbordante, con el recuerdo fresco de los sueños rotos, con la sombra de la felicidad disipándose bajo el abrasador Sol de la realidad veo la parpadeante luz que anuncia el fin...
Los apóstoles de la filosofía de baratillo, los gurús de la sabiduría de mercadillo, me atormentan con frases como "tu felicidad es algo demasiado importante para dejarla en manos de un extraño"... sí, y 5 de cada 10 dentistas son la mitad!!
¿De qué sirve ser o tener si no hay con quién compartir lo que se es o lo que se tiene?, de qué sirve la felicidad solitaria, eso no es felicidad, es una ilusión, alegre como la dulce locura de la esperanza, pero irreal, la felicidad es compartir, es entregar esos momentos a alguien amado... y cuando estás sólo, inmerso en esa desbordante, incontenible, incontestable e irremediable soledad te percatas de esa cruel realidad.
Sombras crueles de lo que pudo haber sido y ya nunca será
Pedid mucho, yo cometí el error de pedir poco y esperar aún menos y lo que finalmente obtuve fue nada...
Un hombre puede sobrevivir unos 3 días sin beber y aproximadamente una semana sin comer, pero, ¿cuánto puede sobrevivir sin corazón, con el alma quemándole los labios con sus peticiones de los tuyos?... NADA
Nunca pedí que me quisieran, nunca pedí que me correspondieran, de hecho sabía que, como la convergencia económica, éramos de dos velocidades, pero sí que pedí que no me rompieran el corazón...
Te echo de menos, me dueles, me mata tu ausencia
El orgullo me pide olvidarte, buscar a otra y gritar mi felicidad y que la sepas.
La cabeza me pide dejar las cosas como están, esperar que el tiempo haga su trabajo, rezar porque me añores y quizá, en cirta medida, las cosas se puedan arreglar
El corazón me pide correr tras de ti, hacer lo que haya que hacer, inmolarme...
Felicidad arrebatada
Sueños truncados
Alma arrancada
Se que no te gustan mis decisiones sobre un punto muy concreto, no te gusta como llevo mi Guerra, pero esperaba que las comprendieras, no que las compartieras, pero sí que las comprendieras.
El dolor es invalidante, me acompaña el 100% del tiempo, no se lo que es dormir y, mucho menos, descansar, me piden que pase no uno ni dos, sino tres infiernos, sin garantías de que no aparezca la carta de "vuelva usted a la casilla de salida", no soy feliz, ni puedo serlo... aún así ¿te extraña que no tenga ganas de vivir?, ¿tan raro os parece que me quiera ir a la India, con la mochila al hombro, a olvidarme de todo y de todos, a no volver a ver jamás un médico y automedicarme con marihuana y amapola los dolores que sufro?
¿Qué queda para mi aquí?
No me asusta la pelea, igual que no me asusta la muerte... me asusta la vida, me asusta la soledad y me asusta el resultado de esa pelea, no la derrota, esa la puedo asumir, sino que la batalla me transforme en algo que ni he sido, ni soy ni quiero ser...
Sobre mis decisiones, sólo dos palabras: Memento Mori
Sobre mis decisiones, sólo dos palabras: Memento Mori
Te amo Eri, nunca lo dudes, nunca lo olvides... y si alguna vez me recuerdas, espero que seas capaz de sonreir... sabes que para ti estaré siempre para todo cuanto quieras o necesites